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¿Por Qué La Gente Se Duerme Durante El Servicio De Adoración?

Por Hiram Kemp, traducido con permiso por Marlon Retana.
El artículo original, en inglés, se encuentra en este enlace.

No hay nada nuevo bajo el sol. Las cosas que suceden hoy mientras adoramos a Dios han estado sucediendo desde que los servicios de adoración comenzaron. Hay algunos que están entusiasmados, otros que están asombrados, otros que están confundidos, y sí, algunos que están dormidos. Nos gusta pensar en Pablo como un poderoso predicador del Evangelio, y así lo fue (Hechos 24:25).

Sin embargo, cuando Pablo predicó un domingo en Troas, un joven llamado Eutico se durmió y eventualmente cayó del tercer piso (Hechos 20:7-12). Me gustaría pensar que, si Pablo viniera a nuestra congregación y predicara, la gente sería todo oídos, pero la verdad es que tal vez eso no suceda. Tan grande como Dios es, y tan privilegiados como debemos ser capaces de adorar a Dios, ¿por qué es que algunas personas se duermen durante la adoración?

Ellos Aman A Dios.

Algunas personas se quedan dormidas en la adoración porque aman a Dios. Hay muchos miembros de avanzada edad que están tomando medicamentos que los hacen soñolientos y como resultado, se duermen durante la adoración. Ellos podrían pensar que es mejor y aún más cómodo dormir en casa, pero ellos prefieren desafiar su condición y tratar de completar la adoración, incluso si lo hacen cabecean de vez en cuando. Ellos toman la orden de dejar de congregarse seriamente (Hebreos 10:25).

Hay madres con niños pequeños que muchas veces han luchado con un niño enfermo durante toda la noche, pero se dan cuenta de que es mejor traer al niño a adorar regularmente e inculcarle la fe en lugar de quedarse en casa y ver caricaturas y así tener unas horas extras de sueño. Estas madres a veces se esfuerzan por mantener los ojos abiertos a través de una lección de 35 minutos. No es por falta de devoción a Dios, sino exactamente lo contrario (Proverbios 22:6).

Hay otros, que trabajan turnos de noche y largas horas el sábado por la noche y que luchan para despertarse durante el servicio, pero estas son personas que aman a Dios. No estoy diciendo que sea virtuoso dormir en adoración sólo por el mero hecho de hacerlo, pero debemos tener en cuenta estas cosas. Al igual que los discípulos en Getsemaní cuyos ojos estaban cargados de sueño, “el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Marcos 14:38-42).

Ellos Están Agotados.

A veces una persona duerme durante la adoración porque él o ella está sin fuerzas. Entre el partido de fútbol la noche anterior y todas las festividades de las compras del sábado, no hay suficiente energía para adorar a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:24). Jesús dijo que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza (Marcos 12:29-30). Mientras que el amor que Jesús describe no es limitado al servicio de adoración, no lo excluye.

No deberíamos simplemente reservar un poco de fuerza y energía con el fin de adorar a Dios, pero si dar prioridad a congregarnos y estar listos para usar nuestras energías para esa ocasión. A veces, a medida que se cantan las canciones y se oran las oraciones, un individuo simplemente se queda dormido como Eutico porque lo dieron todo la noche anterior.

No hay nada más importante que lo que ofrecemos a Dios el domingo por la mañana y él no tiene porqué aceptarlo. En los días de Malaquías, había aquellos que pensaban que Dios estaba lo suficientemente desesperado como para tomar cualquier cosa como un sacrificio, pero ellos estaban equivocados (Malaquías 1:5-8). Dios está prestando atención y Él sabe dónde está nuestra verdadera lealtad. No seamos culpables de dar al mundo todo lo que tenemos y de esperar que Dios se complazca con las sobras.

El Predicador Los Mece Hasta Dormirlos.

Como predicador, esto no es divertido para mí decirlo, pero es verdad. A veces la congregación entra en “la ciudad de las estrellas” porque el predicador pone a todos a dormir. Se ha dicho que el predicador debe poner un poco de fuego en su sermón o poner su sermón en el fuego. Sin duda, la atención de algunas personas no se puede mantener sin importar quién está presentando el mensaje, pero el predicador no debe ayudar a la gente a hacerse desinteresada del mensaje de salvación de Jesús.

Alguien puede decir, “la gente no debe venir a adorar al predicador”. Esto es cierto, pero nosotros somos los vasos de barro que almacenan el mensaje de Jesús (2 Corintios 4:7). Un predicador no debe tratar de ser llamativo o llamar la atención innecesaria hacia sí mismo, pero es una buena idea estar preparado, ser apasionado, y estar convencido de que el Evangelio puede penetrar en los corazones y las mentes para siempre. Predicadores que tropiezan a través de su mensaje o improvisan en preparar su mensaje en la noche del sábado son a veces la causa de que la gente pierda interés en el sermón y mirando la parte posterior de sus párpados.

Ellos Se Olvidan De Su Audiencia.

Los que conducen en la adoración tienen la responsabilidad de representar a Dios lo mejor que pueden, pero en la adoración, hay una audiencia de uno. Dios está buscando a aquellos que lo adorarán adecuadamente (Juan 4:23). Aunque nuestras vidas están llenas de distracciones, y puede ser difícil de enfocar, si recordamos que Dios es a quien estamos tratando de agradar y satisfacer creo que haría una diferencia.

Hay un sentir en que la adoración aceptable es trabajo duro. No basta con realizar las acciones correctas, uno debe mantener la actitud correcta. Cuando permitimos que las cosas triviales perturben nuestra adoración al Dios eterno, tenemos nuestras prioridades fuera de lugar. Cuando un individuo puede entrar en la presencia del Dios que lo salvó y dormirse sin un segundo pensamiento, puede haber un fracaso en reconocer quién es realmente Dios (Salmo 95:6).

Admito que ha habido momentos en los que me preparaba para predicar cuando estaba pensando en la introducción de mi lección en lugar de la letra de la canción que estábamos cantando o distraerme durante una oración dirigida hacia Dios. Es en esos tiempos que me he permitido olvidar que Dios es el espectador y que Él está buscando a aquellos que adoran en espíritu y en verdad. Esto no puede ser logrado por aquellos que hacen un hábito el dormir en la adoración debido al aburrimiento y el desinterés.

La adoración debe ser agradable. También debemos preocuparnos por si estamos haciendo cosas para honrar a Dios de la manera en que Él dice. La gente siempre ha encontrado la adoración como un tiempo cómodo, y al parecer, un tiempo para dormir. Dudo que Eutico fuera el primero y ciertamente no fue el último. Nunca nos olvidemos de que Dios es nuestro público y agradarle es nuestro objetivo final.

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