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Cómo Convertir a Cristianos Inconversos

Por Ben Giselbach, traducido con permiso por Marlon Retana.
El artículo original, en inglés, se encuentra en este enlace.


Hay un dicho que crecí escuchando: “La parte más difícil del ministerio no es convertir a los no-Cristianos; sino que, la parte más difícil del ministerio es, convertir a los Cristianos”.

Sé que esta declaración no es completamente precisa. Técnicamente, no hay tal cosa como un “Cristiano inconverso”. O eres Cristiano o eres inconverso.

Pero ciertamente pareciera ser que hay una tercera categoría, ¿cierto? Estas son las personas que dicen ser Cristianas, pero no están a la altura de lo afirmado. Quieren seguir a Cristo para poder ir al cielo, pero no permitirán que Cristo influya en ninguna parte de su estilo de vida. Piensan que mientras asistan a la iglesia al menos con regularidad, Dios les dará una tarjeta “Salir del Infierno Gratis”.

Sigamos adelante y coloquialmente llamemos a estas personas apáticas, tibias e indiferentes como “Cristianos inconversos”. Y en este sentido, el dicho es cierto: la parte más difícil de mi ministerio ha sido ciertamente convertir a “Cristianos inconversos”. Se hacen llamar Cristianos, pero sus estilos de vida no son diferentes de los no creyentes.

Pienso que Pablo se dirige a los “Cristianos inconversos” en 1 Corintios 3:1-4. Él escribe en el versículo 1:

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.

Los Cristianos inconversos simplemente no son personas espirituales.

Su sistema moral todavía se basa en los estándares del mundo (es decir, “como a carnales”). Por supuesto, Pablo no está afirmando que existe un “Cristiano inconverso», sino que está confrontando los pecados en sus vidas que les impiden madurar en Cristo. Él continúa (versículo 2):

Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,

Los Cristianos inconversos, aunque puede que hayan asistido a la iglesia durante décadas, no pueden comprender los temas más sustanciosos del Cristianismo.

Todavía tienen “necesidad de leche, y no de alimento sólido” (Hebreos 5:12). E incluso con una dieta de leche espiritual estable, el mensaje solo entra por un oído y sale por el otro. Enseñas sobre la fidelidad, y aparentemente se volverán aún más esporádicos en su asistencia a la iglesia. Enseñas sobre cuestiones morales (modestia, lujuria, alcoholismo, etc.), y lastimarás sus sentimientos. Enseñas sobre asuntos más importantes (denominacionalismo, adoración, gracia y obras, etc.), y argumentarán contigo. Pablo continúa escribiendo (versículo 3):

porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

Los Cristianos inconversos obstaculizan el trabajo de la Iglesia.

Promueven los «celos» (zélos, es decir, “rivalidad”) y las “contiendas” (eris, es decir, “pelea; lucha”) dentro del Cuerpo. En lugar de ser celosos de los problemas serios (como la hipocresía, la enseñanza falsa o el pecado en la iglesia), se enojan por cosas mezquinas y causan división (“¡No creo que la Hermana Herrera deba estar en ese comité!” O “¡Si no enciendes el aire acondicionado, me voy a ir!”). Están controlados por el orgullo, en lugar de inclinarse ante los demás con humildad (Efesios 4:1-3). Pablo continúa diciendo (versículo 4):

Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?

Los Cristianos inconversos están confundidos acerca de la naturaleza del Cristianismo.

A menudo se referirán a sí mismos como “los Iglesia de Cristo”, convirtiéndose en una denominación al igual que sus amigos que son “bautistas”, “presbiterianos” o “evangélicos” [nunca se ha tratado de un nombre para diferenciarnos de las denominaciones, sino de una descripción, somos miembros de la iglesia que es de Cristo, y sus miembros simplemente son Cristianos, Hechos 11:26, MR]. No ven el denominacionalismo como algo fundamentalmente pecaminoso (cf. Juan 17:20-21), y por lo tanto no tienen en alta estima las enseñanzas puras sin mancha de la Palabra de Dios. Valoran más las enseñanzas de las celebridades “cristianas” y las últimas modas dentro de la cristiandad que a Jesucristo y su Nuevo Testamento.

Aunque los “Cristianos inconversos” pueden haber sido cristianos durante mucho tiempo, Pablo todavía se refiere a ellos como “niños” (1 Corintios 3:1).

 

¿Cómo debemos tratar con los “Cristianos inconversos”?

1.     Reconoce que en realidad no existe tal “Cristiano inconverso”.

O estás “en Cristo” o no lo estás (2 Corintios 5:17). O estás “caminando en la luz” o no lo estás (1 Juan 1:7). O Jesús es el fundamento de tu vida, o no lo es (Juan 6:35). Uno de los lugares más peligrosos para estar es entre la Iglesia del Dios Viviente bajo el engaño de que realmente estás siguiendo a Cristo por las razones correctas. Es posible que alguien asista a la iglesia toda su vida sin obedecer el Evangelio que involucra someter completamente sus vidas a Jesús.

2.     Distingue entre aquellos que en realidad no son conversos y aquellos que son espiritualmente inmaduros.

Dios es el único que verdaderamente puede conocer los corazones de todos los hombres. Pero en palabras de Marshall Keeble, “tal vez no podamos juzgar a las personas [como Dios juzga], pero podemos ser inspectores de frutos”. Jesús dijo que “por el fruto se conoce el árbol” (Mateo 12:33). A veces la diferencia entre un no creyente y alguien que es simplemente un cristiano inmaduro es difícil de distinguir. Pero por el solo hecho de que alguien haya podido ser bautizado no significa que sea cristiano.

3.     Toma a los Cristianos débiles «bajo tu ala».

Pablo les dijo a los Cristianos débiles en Corinto: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). Es injusto criticar a alguien que nunca parece madurar en su fe si no has intentado primero mostrarle cómo es el verdadero Cristianismo. Muéstrales cómo se ve un Cristiano más maduro, y en constante madurez. Necesitamos alentarnos unos a otros para una mayor fidelidad (1 Tesalonicenses 5:11). Quizás parte de la razón por la que todavía son “inconversos” es porque sus hermanos y hermanas en Cristo no los han desafiado lo suficiente.

4.     Cambiar cómo la iglesia reconoce a los nuevos miembros.

La mejor solución a largo plazo para el problema de los “Cristianos inconversos” es elevar el estándar de quién tiene permitido poner su membresía. Cada anciano de la iglesia debe tener un proceso intencional para que las personas pasen si desean poner su membresía en su congregación. ¿Han sido verdaderamente convertidos? ¿Hay pecado impenitente en su vida? ¿Por qué quieren poner su membresía en su congregación? Esta no es una solución fácil, pero las soluciones efectivas rara vez son fáciles. Y se necesita un liderazgo real para cuidar al rebaño de esta manera.

5.     Predica la Palabra.

Nunca dejo de sorprenderme del poder que la Palabra de Dios tiene sobre el corazón humano. He visto a Cristianos, que han sido bebés en Cristo durante años, y como rápidamente se apasionan por seguir a su Señor. Es asombroso cómo el Evangelio, si todo el consejo se enseña pacientemente (cf. Hechos 20:27), puede cortar las vidas más desordenadas y crucificar los corazones de las personas más difíciles. Quizás la razón por la que hay tantos “Cristianos inconversos” en tu congregación es porque la Palabra de Dios no se enseña en su totalidad.

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