El apóstol Pedro nos afirma acerca de la esperanza viva que hay en nosotros, y podemos comprender que es una esperanza llena de misericordia, fe, y gozo.
Hoy en día, si no seguimos el camino de la salvación que nos es provisto por medio de las Escrituras, entonces no podremos recibir la recompensa que nos espera en el cielo. Tengamos en mente que cosecharemos según lo que sembramos.