Muchas personas alrededor del mundo creen en el poder de la oración, y ciertamente la oración es poderosa, mas cabe destacar que la Palabra de Dios nos enseña que Él no oye las oraciones de todos, sino solo la de los justos, y vamos a estudiar brevemente acerca de esta afirmación que acabo de hacer.
En algún punto del desierto entre Jerusalén y Gaza, el evangelista Felipe se encontró con un hombre que no entendía lo que leía. Este hombre le dijo, “¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?” (Hechos 8:31).
¿Qué tan apasionado eres acerca de Cristo y tu servicio hacia Él? ¿Vivir una vida cristiana fiel es parte de tus metas? ¿Estamos dando nuestro mejor esfuerzo para adorar a Dios como Él lo merece?