Un error común con respecto al comportamiento de Jesús es que, en ocasiones, al curar a los enfermos y realizar otras acciones benévolas, rompió la ley del día de reposo para adaptarse a la ley superior del amor. Este punto de vista deja la impresión de que la ley a veces, si no con frecuencia, es la antítesis de ser amorosa.
Muchos han asumido que el Sabbat se convirtió en un “día santo” para toda la humanidad desde el séptimo día de la historia de la tierra en adelante. Pero esto no significa así de ninguna manera. Consideremos los siguientes hechos.
Dios diseñó el hogar para que los padres pudieran guiar a los hijos en el camino hacia la madurez. Pero cuando las enfermedades sociales dentro o fuera convencen a los hijos de su superioridad, el orden se rompe, primero en el hogar y luego en la sociedad. Sin embargo, la sabiduría de Proverbios 23 sigue en pie en medio del caos de nuestra época.
Una pregunta que muchos se hacen a sí mismos, mas suelen callar. Una hermana se atrevió a preguntarla, y he aquí la respuesta en base a las Escrituras.
Ciertamente estamos viviendo en tiempos únicos. La Biblia destaca la necesidad de confiar en Dios una y otra vez. En cada dispensación de la historia bíblica, se alienta al pueblo de Dios a confiar en Él sin importar qué.
¿Podrías explicar Mateo 18:20? ‘Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.’
¿Cuál es el trasfondo contextual del cual habló Cristo? ¿Cuál es el significado de la frase “congregados en mi nombre”?
Este no es solo otro artículo que detalla todas las cosas malas que acompañan a la bebida. Incontables casas han sido destruidas, niños maltratados, reputaciones destruidas y vidas inocentes arruinadas o perdidas debido a los vicios del consumo de alcohol.
A veces, la gente me pregunta: “¿Acaso importa? Y qué, si las personas piensan que Dios todavía empodera a los hombres para realizar milagros hoy. ¿Qué diferencia hace?” Permítanme responder brevemente esta pregunta…
¿Cuál es el mejor regalo de Navidad que has dado? ¿Qué es lo mejor que has recibido? La respuesta a ambas preguntas es fácil para mí.
La iglesia es una mala palabra para algunas personas. Lo fue para mí. Todo lo referente a la iglesia parecía, en el mejor de los casos, una pérdida de tiempo y, en el peor, una operación de lavado de cerebro tóxica y deshonesta de proporciones épicas.