Por Michael Clarke, traducido con permiso por Marlon Retana.
El artículo original, en inglés, se encuentra en este enlace.
“Cuán profundo es el amor del Padre por nosotros, cuán vasto más allá de toda medida, que dio a Su único hijo para hacer de un miserable Su tesoro”. Esa es una de mis líneas favoritas [y traducción literal, MR] de la alabanza How Deep The Father’s Love for Us [Esta alabanza ha sido traducida por algunos grupos religiosos con el título “Profundo Es El Amor de Dios”, MR]. Quienes son padres de familia piensen en esto por un momento. ¿Cuánto aman a sus hijos? Una pregunta como esta es difícil de entender, especialmente para alguien que aún no ha sido bendecido con hijos. Yo no entendía el punto que los padres hacían al decir: “Lo sabrás cuándo sostengas a ese niño en tus brazos la primera vez”. Seguí pensando: “Por supuesto que amaré a mi hijo. Él es mi bebé, ¿cómo podría no amarlo? Entonces, llego el 21 de noviembre, y mi mundo cambió. La enfermera me entregó a mi hijo, y mi corazón se derritió, las lágrimas llenaron mis ojos mientras observaba la creación perfecta de Dios con la que yo había sido bendecido de ser parte en su creación. El amor que llenó mi corazón fue un amor que no sabía que era posible sentir. Me di cuenta, ¿Acaso Dios no sintió este tipo de amor por su único Hijo?
EL AMOR DEL PADRE POR NOSOTROS
La Biblia me dice que Dios te ama y que Él me ama. ¿Cuánto así? “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). ¿Por qué necesitamos esto? Éramos pecadores (Romanos 5:8). Incluso en medio de ser lo peor de lo peor, Dios todavía nos amó lo suficiente como para redimirnos. Es realmente difícil para los seres humanos entender cómo eso puede ser posible. Nos guardamos rencor. Cuando alguien hace algo malo contra nosotros, actuamos como si esa persona estuviera muerta. Mi fascinación por el amor del Padre se debe al hecho de que me quedo corto de ese amor constantemente.
EJEMPLOS DEL AMOR DEL PADRE
Siempre necesito mirar el ejemplo de Dios. Juan escribió: “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:7-9) Sé que vivimos vidas imperfectas tratando de servir a un Dios perfecto. Eso puede ser intimidante. Sin embargo, no debería serlo.
Piensa en Enoc por un momento. “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (Génesis 5:24). ¿Qué resultado recibió él por ser el tipo de persona que siguió al Señor? ¡No vio la muerte! Podrías pensar: “Todos vamos a morir. Predicador, haces ese punto constantemente. ¿Por qué debemos mirar a Enoc como ejemplo?” Amigos, Dios no solo salvó a Enoc de una vida de muerte física; También lo recompensó de una vida de muerte espiritual. Enoc vivió durante una época en que el mundo comenzaba a volverse malvado. Piensa en la misericordia que Dios le mostró a Enoc al tomarlo y evitar que viera el diluvio. Se nos promete una recompensa similar (evitar una muerte espiritual) si hacemos lo que hizo Enoc. “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10)
NUESTRA RESPUESTA AL AMOR DEL PADRE
Tu y yo podemos evitar una existencia espiritual que será consumida por el fuego (Apocalipsis 20:14). Podemos vivir confortados para siempre en el Cielo, caminando por calles hechas de oro puro (Apocalipsis 21:21) si seguimos al Padre. ¿Por qué es posible todo esto? Porque Dios nos ama. Cuán profundo es el amor del Padre por nosotros.