Por Michael Clarke, traducido con permiso por Marlon Retana.
El artículo original, en inglés, se encuentra en este enlace.
Nuestro mundo ha usado la frase “políticamente incorrecto” varias veces en los últimos años. La idea es que no digas ni hagas nada que pueda considerarse ofensivo. Por ejemplo, alguien que no puede ver ya no sería llamado “ciego” sino “con problemas de visión”. Es una buena idea que intentemos hacer todo lo que queremos para no ofender a nadie, pero nuestro mundo lo ha llevado demasiado lejos.
Podemos ver la razón del por qué digo que lo hemos llevado demasiado lejos cuando consideramos los problemas recientes que hemos enfrentado debido a la neutralidad de género. Por ejemplo, la compañía Target decidió en el último par de años permitir que un hombre (que se identifica como mujer) ingrese al baño de damas y viceversa. No pasó mucho tiempo desde que se aprobara esta regla que historias de hombres que abusaban de la misma para tratar de espiar a mujeres desprevenidas se propagaron. También hemos visto un problema en nuestra sociedad con la idea de quién puede salir con quién. No me importa, ni un poco, si una pareja es interracial; de hecho, a Dios tampoco le importa. Sin embargo, al Señor sí le importa si un hombre intenta salir con otro hombre, o una mujer con otra mujer (Romanos 1:27).
Sin embargo, la gente en 2018 cree que la homosexualidad es una progresión hermosa de nuestra historia. El Señor llamó a esto abominación (Levítico 18:22). “Bueno, eso era el Antiguo Testamento, ¿no es así? Seguramente Dios va de acuerdo con los tiempos y ya no le importa tanto”. El pasaje en Romanos 1:27 es una prueba positiva. Él todavía cree que es un pecado. La Corte Suprema de los Estados Unidos hizo un gran revuelo el 26 de junio de 2015, cuando decidió que el matrimonio homosexual debería ser legalizado en los cincuenta estados. Aquellos en los Estados Unidos que apoyaron a la Corte Suprema estaban alentando su capacidad para finalmente salir de la “edad oscura”. Sin embargo, los Cristianos y los religiosos se lamentaron por el estado pecaminoso de esta nación.
Cuando pensamos en cómo Dios quiere que sea la familia, este mundo dice que eso es políticamente incorrecto. “Un hombre debería poder casarse con un hombre y una mujer con una mujer. Ustedes, los Cristianos, deben dejar de predicar el odio y, en realidad, procurar el amor del que dicen que se trata”. ¿No es amor hablar y predicar lo que Jesús enseñó? Algunos dicen que Jesús nunca llamó públicamente a la homosexualidad, pero eso es una afirmación falsa. Jesús declaró lo siguiente: “Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:4-6)
¿No habría sido este un buen momento para que Jesús nos dijera si el matrimonio homosexual sería o no aceptable según la nueva ley? Especialmente cuando uno se da cuenta de lo escrito en Mateo 5:38-39, donde Jesús les estaba diciendo a la gente lo que habían escuchado en comparación con lo que realmente decía la ley. La gente tenía la ley y se perdía la verdadera lección. Teniendo esto en cuenta, si el matrimonio homosexual fuese aceptable, Jesús habría dicho: “Al principio los hizo hombres y mujeres y se casaron, pero ahora no importa con quién te cases”. A Dios siempre le importó la familia. Se espera que el esposo dirija y que la esposa lo siga (Efesios 5:22-29). El papel del marido es un rol masculino, y el papel de la esposa es un rol femenino . Si seguimos los mandamientos de Dios, nunca seremos incorrectos.