Ayer, tuve la bendición y la oportunidad de enseñar la clase bíblica en la congregación de Torrijos Carter. Decidí dedicar ese tiempo a una clase que preparé mientras todavía estaba en Memphis acerca de “Ser diligentes para el Señor”. Esta clase comenzó como un devocional de cinco minutos hace un par de años, y ha estado creciendo desde ese momento, ya que es un tema que es necesario estudiar más y más.
Esta clase incluye dos secciones: la primera es un estudio de 2 Timoteo 2:15, un estudio de palabras del término griego σπουδάζω que se traduce como “Procura con diligencia” en ese pasaje, cómo es usado las otras veces que se encuentra en la Biblia, y también incluye algunos consejos seculares sobre cómo ser diligente en nuestros trabajos, estudios y vidas, con un enfoque espiritual después de cada consejo. La segunda parte, la que se discutirá en este artículo, implica mucho estudio en el libro de Proverbios y una comparación entre hormigas y perezosos. Se dieron muchos detalles sobre las hormigas, incluso un proverbio tailandés que dice “Ser diligentes como una hormiga”.
Algunos datos interesantes sobre las hormigas, de acuerdo con antARK (en inglés) son citados aquí,
- El peso total de todas las hormigas en el mundo es el mismo, si no más grande que el de todos los humanos. Por cada humano hay alrededor de un millón de hormigas.
- Algunas hormigas pueden soportar hasta 100 veces su propio peso al revés sobre el vidrio. La hormiga tejedora asiática puede cargar pesos de más de 100 veces su propio peso.
- La hormiga es una de las criaturas más fuertes del mundo en relación con su tamaño. Las hormigas pueden transportar 50 veces su propio peso corporal, y trabajarán juntas en grupos pequeños o grandes para mover incluso objetos pesados.
- Las hormigas mueven un estimado de 50 toneladas de tierra por año en una milla cuadrada.
- Una especie de hormiga posee el registro del movimiento más rápido dentro del reino animal. Un estudio sobre las “hormigas cazadoras de mandíbula trampa” (odontomachus bauri) demostró que pueden cerrar sus mandíbulas a una velocidad entre 126 y 230 kph en solo 130 microsegundos (1 segundo es 1 millón de microsegundos). Esto es aproximadamente 2300 veces más rápido que un parpadeo. Esto también refleja una fuerza máxima ejercida de 300 veces el peso de su cuerpo.
- Los peores enemigos de las hormigas no somos nosotros, sino otras hormigas. Las hormigas de diferentes colonias, incluso dentro de la misma especie, se tratan como enemigos.
“Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado” (Proverbios 6:6-11).
Las hormigas son muy diligentes en lo que hacen, y la Biblia nos da una razón clara para mirarlas, pero centrémonos, por un corto tiempo, en el otro elemento del pasaje anterior, el perezoso.
La Real Academia Española define perezoso como “Negligente, descuidado o flojo en hacer lo que debe o necesita ejecutar”. No tiene nada que ver con el animal que aparece en la portada del artículo, excepto por llevar por nombre la misma palabra en Español. Este animal es conocido por sus movimientos lentos, y si no ha visto la película animada Zootopia, pregunte a sus hijos o nietos sobre Flash, el perezoso más rápido que trabaja en el departamento de tránsito de la ciudad.
Si bien este breve estudio sobre los perezosos no es parte del material de la clase bíblica que enseñé ayer, me pareció necesario agregarlo a este artículo. La dieta de este “lindo” animal se basa en hojas. Las hojas no son fáciles de digerir y no proporcionan mucha energía. El proceso de digestión de los perezosos puede tardar un mes o más en completarse. Debido a esto, este animal necesita adaptarse y conservar energía.
«Se mueven solo cuando es necesario, y cuando se mueven, se mueven muy lentamente. De hecho, se mueven tan lentamente que los perezosos son los mamíferos más lentos del mundo» – Wonderopolis.org (en inglés)[1]
Entonces, este animal no es perezoso después de todo, es solo parte de su diseño. El sabio Salomón no estaba escribiendo sobre él, sino sobre personas que deciden ser perezosas todo el tiempo. Algunas otras perlas de la sabiduría de Salomón se pueden leer a continuación:
- Proverbios 6:9 – ¿Acaso Dios quiere que durmamos todo el día?
- Proverbios 10:26 – Un perezoso es una carga/malestar para aquellos cerca de él.
- Proverbios 13:4 – Debemos ser productivos para ser prosperados.
- Proverbios 15:19 – Mi madre cuando pequeño solía decirme, “El perezoso y el mezquino recorren dos veces el mismo camino”.
- Proverbios 18:9 – Negligente es otra palabra para perezoso, descuidado. ¿Te parece este versículo un halago?
- Proverbios 19:15 – Nunca es tarde para levantarse y empezar a trabajar.
- Proverbios 19:24 – ¡Qué triste para una persona llegar a ser así en su vida!
- Proverbios 20:4 – ¿Serías capaz de quedarte en casa, sin nada que hacer, y nada que comer?
- Proverbios 21:25 – Podemos desear muchas cosas, pero si no trabajamos por ellas, jamás las conseguiremos.
- Proverbios 22:13 – Tanta es la pereza que ni siquiera busca como proteger su vida. ¿Estamos ocupándonos en proteger nuestra vida espiritual?
- Proverbios 24:30-34 – Será mejor que te despiertes y comiences a trabajar antes de tener problemas.
- Proverbios 26:13-16 – ya leímos estos conceptos, pero presta atención al versículo 16, el perezoso cree que sabe todo, ¡qué equivocado está!
- Proverbios 30:24-25 – las hormigas pueden ser pequeñas, pero están preparadas, ¿y usted?
Querido amigo, ser grande no determina nuestra verdadera grandeza, la forma en que servimos a nuestro Señor y ser diligente con lo que Él espera de nosotros lo hace.
Durante la clase, un hermano preguntó si la pereza es un pecado. No respondí en ese momento, pero, como parte de la conclusión de la clase, cubrimos parte de esta respuesta. En el Antiguo Testamento no podemos encontrar una declaración que diga “No serás perezoso”, pero el concepto está en el contexto de varios de los pasajes que leímos. Estamos bajo el Nuevo Testamento, y el concepto se encuentra en el contexto de varios pasajes. Nuestro Señor Jesucristo lo condena como parte de la Parábola de los Talentos,
“Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” [todo énfasis añadido, MR] (Mateo 25:24-30).
La iglesia católica y sus tradiciones enseñan sobre “siete pecados capitales” e incluyen la pereza como parte de ellos, los otros son soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula y envidia. Un Cristiano fiel no sigue las tradiciones de los hombres, nuestro Señor enseñó acerca de eso (Marcos 7:7-9), y los apóstoles también enseñaron acerca de eso (Hechos 5:29). No hay duda de que el pecado es letal, pero no se puede agrupar como un número en particular, o catalogar algunos tipos de pecado como más importantes que otros. El apóstol Juan, siendo inspirado por el Espíritu Santo, escribió clara y simplemente,
“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios” (1 Juan 3:4-10).
Así que, volviendo a la Biblia para responder lo que nuestro hermano preguntó, el apóstol Pablo, como parte de lo que podríamos considerar Ética Cristiana, o como se etiqueta en algunas versiones como “Deberes Cristianos”, escribió, “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos 12:11).
Los Cristianos no pueden ser personas perezosas, los Cristianos no pueden venir a los servicios dominicales y pasar un par de horas sentados en los bancos y creer que eso es justo y únicamente lo que tenían que hacer. Los Cristianos no pueden considerar que la Cena del Señor es el único acto de adoración requerido cada domingo. Los Cristianos necesitan estar ocupados en el trabajo, ser diligentes para hacer todo lo que puedan para servir a nuestro Señor. No se trata solo de ver o escuchar el ejemplo, sino también ser el ejemplo,
“Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” [todo énfasis añadido, MR] (Hebreos 6:9-12).
El inspirado Santiago en simples palabras escribió acerca de que debemos ser “hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22).
Estimado lector, ¿cuándo le hacen una prueba, le gustaría fallarla? Si usted es, actualmente, un estudiante de escuela o universidad, ¿le gustaría aprobar o reprobar el examen de calificación? Si está solicitando un empleo, ¿le gustaría ser contratado o despedido? Cuando llegue ese glorioso día, ¿le gustaría ser aprobado por Dios o rechazado por Dios? Ese ha sido el enfoque de este artículo, un resumen de la clase bíblica que tuvimos ayer.
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
Seamos siervos de nuestro Padre celestial. Seamos diligentes para hacer lo que Él requiere de nosotros. Preparémonos para ese día cuando podamos pararnos frente a él, como aprobados por Él, como obreros que no tienen motivo de que avergonzarse, viviendo nuestras vidas de acuerdo con lo que es correcto, la palabra de verdad.
Yo estoy, y sé que usted también lo está, esperando el momento en que podremos escuchar estas hermosas palabras saliendo de la boca de nuestro Señor, “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21, 23). Seamos diligentes y trabajemos juntos, para estar allí juntos.
¡Dios te bendiga!
REFERENCIAS
[1] https://wonderopolis.org/wonder/are-sloths-lazy
Artículo escrito por Marlon Retana, originalmente publicado
en el blog del sitio web http://www.goyeintoall.org
el 6 de noviembre de 2017, y migrado a este sitio web recientemente.